jueves, 29 de diciembre de 2016

NUEVA WEB PARA PERSONAS ALTAMENTE SENSIBLES

Tener una alta sensibilidad es más común de lo que la gente cree. Según la doctora estadounidense Elaine Aron, casi un 20% de la población es PAS. Sin embargo, la información que se encuentra no es proporcional con este elevado porcentaje. Por esta razón he creado esta web temática, en la que iré añadiendo información al respecto, con el fin de dar a conocer ese rasgo y las características que le acompañan, que debe diferenciarse de estar hipersensibilizado/a por alguna sobreexposición, exceso o trauma.

Espero que su contenido te resulte interesante.

www.personasaltamentesensibles.es


domingo, 15 de noviembre de 2015

ENTRE PINOS Y EUCALIPTOS



Cada fin de semana acudo a mi cita con la Naturaleza. Mataró, la ciudad en donde vivo, me brinda el gozo de mar y montaña, así que en otoño e invierno me equipo con mi chándal y me dirijo al Parc Forestal, antaño un bosque al que, de niño, iba a buscar setas con mi padre. Siempre nos deteníamos en la “roca del bon dia”, con fuente incluida, como parada previa a adentrarnos en sus frondosos pinares.

Caminar por el denso bosque, bajando y subiendo sus estrechos caminos, superando las irregularidades del terreno, respirando el oxígeno puro, sintiendo la frescor de las plantas y sus fragancias, es el ejercicio natural más completo y sano que podemos realizar. Es “el ejercicio” por excelencia del ser humano, pues éste jamás se tenía que haber distanciado tanto de su hábitat natural y del contacto directo con él.

Caminar entre pinos es como una aromaterapia natural, con propiedades balsámicas especialmente  benefactoras para el sistema respiratorio. El intenso, pero al mismo tiempo suave ejercicio que se realiza al caminar por el bosque, pone en marcha no solamente la musculatura de las piernas, sino que también trabajan las extremidades superiores, la zona abdominal, los pulmones, el sistema cardiocirculatorio, con lo que se potencia un mejor riego sanguíneo, una mejor respiración, la salud de los intestinos, relaja, despeja las tensiones acumuladas y la mente, desintoxica y refuerza nuestra energía, de forma que estaremos en mejores condiciones de afrontar la semana que comienza.

Hubo un momento en el que me llamó la atención las características del camino. Me dio que pensar e hice una fotografía. Es un camino en el que emergen raíces de los pinos, y en el que se vislumbra un claro con la luz del sol al final…



Las raíces que sobresalen en el camino están unidas a los pinos y, aunque parezcan troncos que no sirven para nada, la mayoría realizan su silenciosa e invisible acción de transporte de los nutrientes de la tierra al árbol, para que éste pueda vivir. Al caminar puedes tropezar con las raíces y caer, pero si te fijas bien en dónde pones los pies, puedes aprovecharlas como si fueran escalones naturales que te ayudarán a subir el camino más fácilmente. Esto es como en la vida, que en nuestro camino vamos encontrando dificultades que debemos superar. Podemos aprovechar la experiencia y el conocimiento que nos brinda el esfuerzo de experiencias pasadas, de otras personas, de otras generaciones, de otras culturas, para no caer por el camino y conseguir llegar a nuestra meta. O al lugar en dónde brilla la luz del sol. Porque siempre hay una luz, un sol, que nos espera. Y después de él habrá otro.

Cuando caminamos por el bosque saludamos a todos los desconocidos con los que nos cruzamos, a diferencia de cuando caminas por una ciudad en la que todos somos desconocidos y todos nos ignoramos. Este detalle es importante también por el plus de humanidad que puede aportar, equilibrando emocionalmente a la persona, aparte de rebajar el estrés y la ansiedad. Incluso en personas con problemas de fobia social, agorafobia u otras fobias, puede ser muy positivo caminar por el bosque, siempre acompañadas de una persona de confianza que conozca el camino, en un día despejado y soleado. Estupendo para la depresión.

También en Mataró suelo ir a pasear por el Parc Vell, un viejo parque en el que afortunadamente aún se conservan unos eucaliptos enormes. En la siguiente foto se ve uno que mide más de 30 metros de altura, unos cuatro metros de diámetro, y con más de 130 años.


Para que podáis apreciar mejor su tamaño real, mirad esta otra fotografía en la que salgo abrazado a la base del mismo. Es mucho más grande de los que parece en la primera fotografía.

Respirar el aroma de los eucaliptos tiene también un marcado acento beneficioso para las vías respiratorias. Sus hojas tienen propiedades desinflamantes, antimicrobianas e hipoglucemiantes, aparte de ser útiles en afecciones respiratorias. Además, si te abrazas al árbol o te apoyas en él durante al menos diez minutos, sentirás su inmensa energía, te absorberá el exceso de electricidad estática y energías negativas que puedas tener, al tiempo  sus efectos vibracionales ayudarán a tu regeneración celular, te fortalecerán y te harán sentir con mayor plenitud y paz mental. Una experiencia muy recomendable.

martes, 10 de noviembre de 2015

STOP NATURAL AL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD

Taller: Stop natural al estrés y la ansiedad 
¿Se puede frenar el estrés y la ansiedad de manera natural? Por supuesto. Pero suele ocurrir que la persona que los padece se ve impotente para conseguirlo. Por eso es necesario que alguien le ayude, le guíe. Y también por eso es súmamente importante enseñarle cómo hacerlo y motivarle para llevar a cabo el esfuerzo que ello sin duda supone. Un esfuerzo, sin embargo, cuya recompensa es infinitamente superior a su coste. Un logro que, cuando la persona mira hacia atrás, lamenta el tiempo perdido y comprende el sufrimiento padecido, injusto e innecesario en muchas ocasiones, a la vez que mira el futuro con renovadas fuerzas y esperanzas, con mayor seguridad e ilusión, asegurándose un mayor bienestar y calidad de vida.

En mi labor diaria constato la losa que supone para la salud de las personas el estrés y la ansiedad. Unos trastornos que son la puerta de entrada de importantes problemas de salud, pero que también la práctica diaria me ha demostrado que se pueden mejorar y evitar si se actúa adecuadamente, pudiendo incluso llegar, en muchos casos, a renovar totalmente a la persona. ¡Soy una persona nueva!- me dicen.

He escrito diversos artículos hablando de la ansiedad, en los que explico detalladamente algunas de las características. Son artículos "devorados" por los lectores, por su indudable interés general. Y también trato estos problemas en consulta. Pero muchas personas me han pedido "trabajarlo" de otra manera, a caballo entre la teoría y la práctica, entre la pasividad de la lectura y la actividad de la terapia. De una forma que les potencie como agentes activos de su propia salud, de su propio comportamiento, de sus hábitos, de sus pensamientos...  Por eso he preparado un taller teórico-práctico de autoayuda, en el que condenso lo más importante y útil que puede beneficiar a las personas que quieran enfrentarse al estrés y la ansiedad de forma natural. Comprendiendo su verdadera naturaleza y alcance y aprendiendo a utilizar los distintos recursos naturales de que disponemos.

Os invito a participar en estos talleres, creados con todo cariño y en base a toda mi experiencia y conocimientos. Los iré realizando periódicamente en distintas poblaciones y con diferentes horarios, para que todo el mundo pueda acceder a alguno de ellos. El calendario y horas lo podéis hallar en la web de psiconat:

Os dejo a continuación los detalles. ¡Salud!
Taller
STOP NATURAL
AL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD

Taller teórico-práctico de autoayuda, impartido personalmente por José María Guillén Lladó. Idóneo para particulares que deseen mejorar o liberarse de problemas de estrés y ansiedad, mediante una clase magistral muy útil y accesible para cualquier persona.
La frecuencia del estrés y la ansiedad están aumentando progresivamente en la población, pudiendo provocar importantísimos y graves trastornos para la salud de la persona. Los conocimientos y experiencias que se adquirirán en el taller, te facilitarán el aprendizaje de aquellos aspectos básicos más importantes respecto al estrés y la ansiedad, de forma que ya nunca volverá a ser como antes, pues con este conocimiento estarás en condiciones de gestionar y manejar de forma más positiva estos trastornos y disminuir sus consecuencias.
Los objetivos generales del taller son reconocer y comprender el estrés y la ansiedad, saber cómo evitarlos o mejorarlos utilizando medios totalmente naturales, y desarrollar habilidades prácticas para ser capaz de  prevenir, controlar o mejorar por sí misma este tipo de trastornos.
Este es el programa:
● Estrés
       - ¿Qué es en realidad el estrés?
       - Las diferentes caras del estrés
       - Las consecuencias para la salud
       - Métodos de prevención, afrontamiento y control del estrés
       - Ayudas naturales
● Ansiedad
       - ¿Qué es en realidad la ansiedad?
       - ¿Por qué tenemos ansiedad?
       - Las consecuencias para la salud
       - Métodos de prevención, control y mejora de la ansiedad
       - Ayudas naturales
● Prácticas
       - Reconocer el estrés y la ansiedad
       - Optimización y control
       - Ejercicios respiratorios y relajantes
       - Ejercicios de visualización y meditación
Las clases se realizan en grupos muy reducidos (de 2 a 4 personas). El precio de taller es de 79 euros por persona. Incluye material gráfico y suplementos naturales de obsequio. Su duración es de 3 horas y 30 minutos.

domingo, 18 de octubre de 2015

OMEGA-3 LA SALUD INMEDIATA - Libro abierto gratuito (Entrega nº 9 y última)



 
Dar la vuelta a las enfermedades


       Con lo visto hasta ahora, estamos ya en condiciones de saber cómo podemos empezar a darle la vuelta a las enfermedades. O por lo menos a algunas de ellas verdaderamente importantes. Porque en realidad no importa tanto el nombre de estas enfermedades ni sus etiquetas, como comprender el porqué de ellas en relación con el propio enfermo. Una misma causa puede manifestarse de forma distinta según la persona, ya que cada uno tiene una constitución genética distinta, y lo que es más importante, una interacción con el ambiente que le rodea y unas manifestaciones distintas. Debemos por lo tanto, centrarnos más en el enfermo  que no en la propia enfermedad o síntoma, que tiene una función orientadora sobre el verdadero problema, pero que muchas veces, por las lógicas ganas que tenemos de encontrarnos bien, sucumbimos a la tentación del remedio fácil y rápido, y equivocamos la estrategia de salud.
      Pues bien, podemos empezar por aplicar los conocimientos que hemos adquirido sobre los Omega-3, de forma que éstos pueden ser una herramienta de inicio ideal para ayudar a promover cambios importantes en nuestro equilibrio orgánico, ya sea aportando sus propiedades directas, o neutralizando los efectos del exceso de Omega-6.
       Podemos empezar a pensar en las distintas enfermedades de una forma en que en lugar de contemplarlas como algo fortuito, ajeno a nosotros y misteriosamente complejo, las veamos como lo que son realmente: -manifestaciones claras de un organismo que se queja porque no se le ha dado lo que necesitaba o se le está perjudicando-, y que lo que debemos hacer es comenzar a corregir lo más rápidamente posible estos desequilibrios nutritivos que año tras año, pueden ir formando y provocando estos problemas que luego se van manifiestan bajo complejas y distintas formas patológicas.
       Este podría ser un buen comienzo para empezar a cambiar el presente y el futuro de nuestras enfermedades. Tomar Omega-3 y rebajar el consumo de Omega-6 es un gran primer paso, fácil y cómodo, que seguro se notará. Pero sería aún mucho mejor si en lugar de hacerlo de forma mecánica, como el que toma aspirinas, se haga de forma reflexiva y consciente, partiendo de la comprensión activa de lo que se está haciendo, los efectos que produce, y observando al mismo tiempo las reacciones de nuestro organismo, para escuchar y comprender sus quejas, reequilibrar sus descompensaciones, y potenciar sus reacciones curativas. Así como para saber y aprender qué es lo que nos perjudica y evitarlo en el futuro. Y éste sería el segundo paso, más costoso por supuesto, porque requiere más esfuerzo personal, el de modificar y mejorar nuestros hábitos de salud.
       Como ejemplo con base científica para estimular la realización de este segundo paso, veamos lo que ocurrió en una investigación realizada con enfermos de cáncer de próstata, que no se conformaron con un tratamiento convencional y modificaron su estilo de vida, movilizando y utilizando activamente sus defensas naturales.
       El Department of Medicine, Preventive Medicine Research Institute, University of California, en San Francisco (175), dio a conocer en el año 2005, un estudio realizado con 93 enfermos de cáncer de próstata en fase inicial. Bajo la supervisión de los oncólogos respectivos, los pacientes eligieron libremente no someterse a cirugía, y pasar simplemente a controlar de forma periódica, la marcha de su tumor. Fueron divididos al azar en dos grupos. El primero, que era el de control, no hizo nada más que vigilar sus tumores con revisiones periódicas, mientras que el segundo grupo, el experimental, realizó un amplio programa de salud, siguiendo un régimen vegetariano complementado con vitaminas, antioxidantes, minerales, Omega-3, ejercicio físico suave y paseos, así como clases de control del estrés, yoga, ejercicios respiratorios, meditación, visualización y relajación, además de reuniones grupales de apoyo semanales. ¿No les entran ganas de apuntarse?
       Pues bien, al cabo de los doce meses que duró el experimento, el resultado final fue que de los 49 pacientes del grupo de control, que eran los que no habían cambiado sus hábitos de salud y solamente habían realizado los controles periódicos de su enfermedad, seis de ellos empeoraron el gravedad de su cáncer y tuvieron que sufrir una operación quirúrgica de extirpación, además de verse obligados a seguir con quimioterapia y radioterapia. En cambio, en el grupo experimental que modificó sus hábitos de salud, ¡ninguno de los 41 pacientes tuvo necesidad de intervención quirúrgica! Además, el grupo que no había realizado hábitos saludables tenía una media de crecimiento de su tumor, del 6%, mientras que en el grupo que modificó sus hábitos de salud, su media bajó un 4%, es decir, la mayoría de los pacientes habían experimentado una regresión de los tumores.
       Pero aún hay más. Resulta que se analizó la sangre de todos los pacientes, y se vio que los que habían cambiado su estilo de vida, tenían siete veces más capacidad para inhibir el crecimiento de las células cancerosas, que quienes no habían cambiado sus hábitos de vida. Viendo estos resultados, sinceramente, ¿por qué no se anima a cambiar su estilo de vida?
       Una cuestión también muy interesante para la reflexión la encontramos en el análisis de aquellos casos en los que se produce una curación espontánea de cáncer, difícilmente explicable por los médicos, o simplemente inexplicable. Estos casos aislados se cuentan por centenares, y cuando tenemos un conjunto con tal cantidad de casos personales hemos de pensar lógicamente, que tantas curaciones no pueden ser fruto de la casualidad. Hay algo.
       Que no sepamos como ocurren estas curaciones, porque desconocemos sus mecanismos íntimos, no significa más que eso, que ignoramos muchas cosas aún, y que tenemos que seguir observándolo y estudiándolo hasta que lo sepamos. Pero no por eso hemos de negar las evidencias, ya que éstas nos dicen de forma evidente, que esta capacidad autocurativa existe. Ciertamente la tenemos. Y muchos científicos están convencidos de que el secreto está en la estimulación de los procesos inmunológicos de nuestro organismo, según han podido comprobar en algunas de sus investigaciones sobre curaciones espontáneas del cáncer (176), así como también en  la potenciación de los factores mentales y psicológicos (177).
       Por eso, cuando hayamos entendido que la salud es algo que podemos conquistar activamente, y que nos puede hacer más resistentes a cualquier enfermedad. Cuando veamos claramente que nuestra salud depende fundamentalmente de nosotros mismos. Cuando hayamos comprendido que la mayoría de fármacos son soluciones sintomáticas que por lo general no solucionan las causas, y que de persistir éstas, los problemas se pueden ir agravando con el tiempo. Cuando tengamos claro que muchas veces no se justifica la toma de medicación, y están especialmente desaconsejados algunos efectos secundarios importantes en relación a los “beneficios” que aporta. Cuando tomemos conciencia de que disponemos de recursos naturales que podemos utilizar inteligente y eficazmente. Cuando aprendamos a escuchar lo que nos dice nuestro organismo, y a interpretar adecuadamente las señales que nos manda. Cuando seamos capaces de renunciar a una conducta que nos perjudica aunque nos resulte placentera. Cuando nuestra mente domine nuestro cuerpo y no sea nuestro cuerpo el que domine a nuestra mente. Y cuando recuperemos nuestro instinto de supervivencia, en armonía con la Naturaleza, estaremos entonces en condiciones de empezar a darle la vuelta a las enfermedades. Evidentemente no a todas, pero sí a muchas y muy importantes. Y especialmente estaremos en condiciones de prevenirlas. Podremos entonces empezar a gozar de una mejor y verdadera salud, y no solo un estado de “no enfermedad” o de “dependencia médica-farmacológica permanente”, como la que muchas personas tienen actualmente.
       No obstante, no existe una fórmula única para estar sano y para liberarse de las enfermedades. Cada uno debe hacer lo necesario para conseguirlo, estudiándose a si mismo e intentando comprender qué es lo que le beneficia y lo que le perjudica, pero una de las cosas más importantes, porque de ahí se deriva nuestra conducta,  es modificar y mejorar nuestro comportamiento mental, mediante un estilo de pensamiento más positivo, y más activo. Sin caer no obstante, en la trampa de no pensar ni en el pasado, ni en el futuro, bajo la premisa de no perder el tiempo en algo que no puede aprehenderse.
       El “aquí y ahora” que está tan de moda actualmente, es un arma de doble filo, muy adecuada y válida para conseguir “vivir” intensamente el presente, una forma de no pensar en los problemas pasados que nos agobian, y en un futuro incierto que nos angustia. Pero la otra cara de la moneda es que el “aquí y ahora” también incentiva un modelo de individuo autónomo y sumamente competitivo, que debe estar en condiciones de servir al límite como factor productivo y consumista. -El “progreso” exige sacrificios- dicen, pero lo cierto es que muchas veces se trata de un falso progreso, siendo en realidad un camino desenfrenado hacia no se sabe dónde.
      No podemos ni debemos olvidar las lecciones aprendidas de nuestro pasado, por dolorosas que hayan sido. Hemos de asimilarlas y a llevarlas como parte de nuestro bagaje personal. Y debemos recordar todo aquello que nos hizo felices en un momento de nuestra vida. No hemos de renunciar al esfuerzo y al sacrificio por un mañana mejor, pues eso nos motiva y otorga sentido a nuestra existencia, aunque signifique lucha y sacrificio. Es bueno tener un proyecto vital que nos distinga y que oriente nuestra vida. Vivir sólo el “aquí y ahora” puede resultar, a la larga, contraproducente, desorientador, creando individuos que llegan a sentir un gran vacío dentro de si, y a los que sólo les vale la continua evasión de una realidad que no les gusta y no pueden controlar. Debemos tener ilusiones futuras y luchar por ellas, y no abandonarnos totalmente en brazos de la intensa inmediatez, porque puede que este “aquí y ahora” no sea ni bueno ni placentero, y la única forma de cambiarlo y mejorarlo, es precisamente luchando por un futuro que nos permita mejorar el presente, y cómo no, darle la vuelta a las enfermedades.


Conclusiones de la segunda parte

       El objetivo primordial de esta segunda parte es llegar a entender qué es la verdadera salud, y consecuentemente comprender el sentido real de muchas enfermedades, al mismo tiempo que aprender a relacionarlo y armonizarlo con las leyes naturales que rigen nuestras vidas.
       La lección práctica aprendida con los Omega-3 en la primera parte, facilitaba el poder diferenciar entre las causas que provocan la mayor parte de enfermedades crónicas y degenerativas, y sus distintos síntomas o consecuencias, al igual que valorar adecuadamente la importancia de evitar o corregir dichas causas y prevenir sus efectos, de forma que con este proceder se evita dañar a nuestro propio sistema inmunitario, y eludir el desarrollo de ciertas enfermedades. En esta segunda parte, la lección ha continuado con un carácter más conceptual, para tener más claros cuáles son los componentes de la salud y cuál es la situación de ésta en nuestra sociedad actual, de forma que cada uno pueda formarse una idea más ajustada y crítica de esta realidad, condición indispensable para poder actuar consecuentemente, en defensa y promoción de su propia salud y la de los demás.
       Hemos aprendido a valorar la alimentación como causa fundamental de la mayoría de trastornos que lenta y silenciosamente se van convirtiendo en enfermedades crónicas y graves. Hemos aprendido a comprender la importancia de escuchar a nuestro propio cuerpo, cuando éste nos manda mensajes diciéndonos que algo marcha mal y debemos arreglarlo. Hemos aprendido a diferenciar las consecuencias de aplacar unos síntomas con medicamentos de acción sintomática, en lugar de atender a las verdaderas causas del problema. Hemos aprendido a ver positivamente la posibilidad de utilizar distintos agentes y técnicas naturales para solucionar estos problemas, dado que nos aportan más beneficios  sin efectos secundarios, que muchos de la mayoría de fármacos utilizados. Hemos aprendido a pensar en la necesidad de modificar nuestros hábitos de salud si no queremos seguir recogiendo más de lo mismo. Hemos aprendido a distinguir entre nuestras verdaderas necesidades y las que en realidad son superfluas o interesadas, y que en realidad nos causan más problemas que beneficios. Hemos aprendido en definitiva, a darle la vuelta a las enfermedades y verlas de forma lógica y razonable en función de nosotros como enfermos, y no en función de las enfermedades con sus numerosísimas divisiones y etiquetas que la medicina convencional realiza para preservar su sofisticado y exclusivo sistema de diagnóstico-receta, que por otro lado, no impide el permanente aumento de la mayor parte de enfermedades crónicas y degenerativas. Y también hemos aprendido que una salud dependiente de fármacos, no es salud verdadera, ni tiene futuro.
       El problema sin embargo, es que la alternativa lógica y natural requiere un mayor trabajo y esfuerzo por parte de cada uno de nosotros. Se ha llegado a la situación actual, entre otros motivos, porque se ha institucionalizado la ley del mínimo esfuerzo, y por eso nos cuesta muchísimo renunciar a la comodidad de hacer lo que nos place y nos gusta, y en caso de problema acudimos al médico en busca del “remedio” inmediato. Pero también les habrá quedado muy claro a los lectores que el esfuerzo por preservar y potenciar una buena salud, compensa de largo todos los inconvenientes soportados. En realidad, el principal problema es saber qué es lo que hay que hacer, y cómo hacerlo. O como mínimo, saber qué es lo que no hay que hacer. Bajo estas premisas, actuar es más fácil. Y por supuesto, tanto mejor si se cuenta con el consejo y soporte de un buen terapeuta. Si nos apoyamos en él, reforzaremos nuestras posibilidades de tener una mejor salud.
       Finalmente, decirles a quienes buscan más allá de lo convencional, que el solo hecho de observar y saber, derivado del aprendizaje activo, es capaz de modificar el futuro transcurso de los acontecimientos. En un Universo que está de dejando de ser unitario, y dejando paso a los “multiversos”, la física cuántica nos está facilitando elevar el umbral de comprensión de fenómenos hasta ahora inexplicados racionalmente, y por eso, no debe extrañarnos que “incomprensiblemente” se produzcan curaciones “milagrosas”, a partir de momentos claves en que la persona induce –la mayoría de veces, inconscientemente-, un cambio bioenergético y mental tan potente y capaz de darle la vuelta a las enfermedades.


EPÍLOGO

      
       Muchos lectores están aún a tiempo de prevenir y resolver algunos de sus problemas de salud. Por eso este libro, intenta darles la oportunidad de descubrir y reevaluar algunas de los conceptos y las consecuencias que comportan ciertos hábitos, especialmente los alimenticios, para la salud y a la enfermedad, ayudándoles a profundizar y ser más críticos y activos, en pos de un axioma básico: -La salud empieza por uno mismo-. ¡Y en muchos casos puede empezar fácilmente tomando Omega-3!
       Un problema generalizado en nuestra sociedad actual, es que nos hemos acostumbrado a realizar valoraciones superficiales de todo aquello que nos rodea, perdiendo una buena parte de nuestra capacidad para analizar y profundizar en las causas de los fenómenos que acaecen. Escogemos la vía más rápida, la más cómoda para resolver nuestros problemas, aunque ello signifique sólo un aplazamiento y los problemas queden por resolver. Por ello, cuando los problemas se tornan graves, nos encontramos indefensos, impotentes, y no sabemos qué hacer. Creemos que los problemas se resolverán por si mismos, o que pagando a un profesional, éste lo arreglará todo. Grave error. La solución normalmente se encuentra en nuestras manos cuando aún estamos a tiempo. Pero a veces no lo vemos, o no lo sabemos ver.
       Así que, ante un futuro que se presenta amenazador, en el que permanentemente van saliendo enfermedades “nuevas”, con más y recombinados factores ambientales negativos que provocarán sin duda, importantes alteraciones de la salud, parece que el “mañana” de la salud pase necesariamente por la elaboración de fármacos que “controlen” todas y cada una de las variantes patológicas que puedan haber y existir,  ya sea anulando sus efectos, o modificando nuestra respuesta genética de forma que los evite o resista. Ante estas perspectiva, corremos el riesgo de no poder vivir sin administrarnos todas las vacunas o fármacos altamente sofisticados, que prevengan, minimicen o resuelvan los daños de esta infinidad de factores potencialmente patógenos que nos van a poner en situación de permanente riesgo.
       Esta situación no tendría nada que ver con un verdadero concepto de salud en el que se potencien nuestras capacidades defensivas e inmunitarias, y se disminuyan los riesgos ambientales, sino que tendría más bien que ver con la total implantación de un sistema global de “salud controlada”, sometiendo a los individuos a milimétricos cambios artificialmente inducidos para “defenderlo” de los distintos “riesgos”, lo que significaría asimismo, una pérdida gradual de la eficacia natural de nuestro sistema inmunitario y una dependencia total del sistema y una anulación de nosotros como personas. Porque no lo olvidemos, cuando alguien está enfermo, pierde sus atributos, pierde su poder, pierde el nombre y queda desnudo ante la enfermedad y la muerte. Si esto sigue así, es evidente que no se potenciará la verdadera “salud”, sino la dependencia permanente de fármacos para “no estar enfermos”.
       Pero la opción que tenemos, es defender nuestro derecho a esta salud verdadera y a la no manipulación masiva, en la que demasiado a menudo se oculta o se desvirtúa la verdad. Exigirá no obstante, un gran esfuerzo, y este esfuerzo hemos de empezar a hacerlo nosotros mismos individualmente, para ser capaces de crear una nueva conciencia capaz de potenciar nuestras propias fuerzas defensivas y sistemas autocurativos naturales, y observando además, las leyes naturales de la vida, mediante la promoción de unos hábitos de vida más naturales y responsables, que sean más respetuosos con nosotros mismos y con cuanto nos rodea.
       Vivir mirando a la cara de una Naturaleza a la que el ser humano está despojando de sus recursos, y desequilibrando con su desmedida ambición por el “progreso”. Una Naturaleza cada día más dañada y enferma, que nos transmite su dolor, sin que le hagamos caso ni rectifiquemos nuestro comportamiento para con ella. Una Naturaleza que ha sido inconscientemente menospreciada por el ser humano, cuando en realidad, sin ella no podemos vivir. Una Naturaleza degradada por el caos a la que estamos sometiendo, y que en lugar de devolvernos vida, nos está empezado a devolver enfermedad y miseria. Somos parte de esta Naturaleza, y debemos rectificar nuestro comportamiento si queremos seguir viviendo en ella y con ella.
       Es inmensamente mucho más sencillo adaptar nuestros hábitos a nuestras necesidades genéticas, armonizándolos, que no adaptar nuestros genes, a unos hábitos que nos vienen dados por los cánones y necesidades industriales y consumistas. ¡Sólo tenemos que vivir en armonía con nosotros mismos y con la Naturaleza! No al revés.
       Tras leer estas páginas, los lectores tendrán más fácil comprender cuál es nuestra responsabilidad en la salud y la enfermedad, y tendrán una idea más clara de cómo actuar positiva y activamente a su favor: -Ante todo, aprendiendo y reflexionando-. Los factores genéticos no pueden seguir siendo una excusa para hacernos las víctimas impotentes de las enfermedades, ni la excusa de los “bichitos” tampoco. No podemos mantener durante más tiempo nuestra ceguera y sordera, ante la razón y el conocimiento que nos aconseja que tengamos un comportamiento más responsable con nuestro organismo, en lugar de maltratarlo como estamos haciendo. Lo tenemos fácil, si queremos.
      La salud de verdad, no es un milagro, está en nuestras manos…, y en especial, en nuestra mente.



REFERENCIAS
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