jueves, 28 de marzo de 2013

JONATAN Y SU ESQUIZOFRENIA




Este es un caso que incluí en mi libro Omega-3 La salud inmediata, referente a la relación entre Omega-3 y esquizofrenia.
Los doctores  A.J. Richardson, de la Universidad de Oxford, y B.K. Puri, del Hospital de Hammersmith, trataron a un paciente de 30 años, afectado de esquizofrenia y dislexia  con alucinaciones auditivas diarias, que tuvo su primer brote a los 19 años y durante 10 años mantuvo el modo típico de vida de un joven con esquizofrenia y parado, en un suburbio de Londres. Las imágenes de IRM –imagen por resonancia magnética-, mostraban que sus ventrículos cerebrales aumentaban lentamente de tamaño,  indicando una pérdida progresiva de tejido cerebral.
El paciente empezó a tomar 2 g  de EPA (un omega-3) al día. A las 8 semanas sus delirios y alucinaciones habían desminuido y se sentía más despierto. El aspecto de su piel y pelo había mejorado, así como en todos los grados de las escalas psiquiátricas. La dislexia también mejoraba, y todo ello sin efecto adverso alguno. A los 12 meses ya no aparentaba ser una persona con esquizofrenia, y a los 3 años volvió a la universidad. Nuevas imágenes de su cerebro revelaron una reducción del tamaño de los ventrículos y un aumento del tejido cerebral.
Aunque este sea un caso personal, no se trata de algo aislado, sino que en este mismo hospital se han ido desarrollando y mejorando las técnicas de IRM, permitiendo constatar esos beneficios estructurales en la toma de Omega-3, además de sus beneficios funcionales, en otros casos. Estos efectos beneficios de los ácidos grasos poliinsaturados para esta afección mental, fueron también corroborados en el año 2006 por la Asociación de Psiquiatría Americana, máxima autoridad mundial de la psiquiatría, tras realizar un metanálisis que verificó los resultados de varios estudios realizados con anterioridad.
Pero no caigamos en el error de pensar que el Omega-3 es la panacea. Puede resultar de gran ayuda, pero este trastorno es mucho más complejo, de carácter multifactorial y, por lo tanto, debe ser tratado y supervisado adecuadamente por especialistas.
Otro factor, importantísimo, en el desencadenamiento y mantenimiento de esta enfermedad,  puede ser el consumo de sustancias tóxicas. Las estadísticas han demostrado que la mayor parte de jóvenes que sufren esquizofrenia tienen antecedentes de consumo tóxico. Por eso, cuando la enfermedad ya está instalada, se debería insistir muchísimo en llevar una vida más sana. Sin embargo, la realidad es que precisamente, la mayoría de estas personas hacen lo contrario de lo que en realidad necesitan. El tabaco es un ejemplo. En un estudio realizado en el año 2012 en Cataluña, se comprobó que la tasa media de fumadores en la población estaba sobre el 29% y disminuyendo, en cambio, en las personas con trastornos mentales, incluyendo la esquizofrenia, llegaba casi al 80%.

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